Estamos inmersos en nuestra vorágine diaria y no nos damos cuenta de cómo la tecnología se ha ido haciendo imprescindible en nuestra vida.
¿Alguien se imagina un día sin Internet? ¿O sin televisión o radio? Es inimaginable en esta época.
Hay gente que afirma que no le gusta la tecnología, porque no se han parado a pensar cómo nos facilita nuestra caótica vida. ¿A quién no le gusta que al volver de trabajar se encuentre con una casa libre de polvo o pelusa porque su robot aspirador ha estado funcionando? ¿O encontrarse con la comida lista porque el robot de cocina la tiene preparada? ¿A quién no le gusta estar informado de todo lo que ocurre en el mundo en tiempo real?. ¿Quién no consulta el tiempo que va a hacer el fin de semana en su Smartphone?
La tecnología sigue avanzando y nos seguirá sorprendiendo. Todavía recordamos la película “Minority Report” cuando Tom Cruise desplazaba con la mano una pantalla y ahora el táctil es algo cotidiano.
Nosotros somos de la generación en la que empezaron los ordenadores, había que arrancarlos con un disco de 3,5″, de las cintas de casete, de los discos de vinilo. En poco tiempo las disqueteras han desaparecido, primero fue el CD, luego el DVD, los pen drive, para llegar a los discos duros. De los bytes se ha pasado a los Terabytes sin prácticamente enterarnos. De tener que levantarnos del sofá a cambiar entre la 1 y la 2 a controlar desde el móvil nuestra SmartTV. De los walkman a los reproductores de mp3. De los teléfonos con cable a los Smartphone. Y un largo etcétera.
La tecnología ha cambiado nuestras vidas a mejor, podemos ser esclavos de ella o no, esa decisión nos corresponde a nosotros. Los avances son para mejorar nuestra calidad de vida, la tecnología es buena, quien la corrompe es el ser humano. ¿Podemos vivir sin ella? Probablemente sí. ¿Seríamos capaces de prescindir de ella? Probablemente no.
